sábado, 6 de septiembre de 2008

Héroes y villanos


La hazaña de Gonzáles no debiera llamarnos la atención. Desde Atenas en el 2004 ha luchado duramente por superar sus propios límites y lo que es aun más difíciles, ha luchado por superar los límites impuestos por los demás. Desde aquellos que no creían que lo alcanzado hace 4 años fuera posible de nuevo puesto que era un cuevazo, hasta quienes sostenían que una medalla de oro es suficiente. No. A Gonzáles le queda mucha cuerda y es de esperar que “el” Nico también se recupere y en los próximos cuatro años nos llenen de orgullo, si es que eso es posible teniendo en cuenta que no aportamos en nada a su éxito. La hazaña de Gonzáles nos llama la atención por su proesa y por nuestra carencia de héroes. Esta carencia nos hace ver en cada proesa deportiva, social (que son pocas) o intelectual (aun más escasa) a un hombre que puede ser vitoreado como si fuera un héroe pero no lo es.

La figura del héroe es muy particular. No sólo es una persona culturalmente atractiva, si no que enfrenta una tragedia similar a la que su cultura enfrenta, pero multiplicada gracias a la imaginación a una epopeya y para tal tarea, recibe elementos especiales que le permiten enfrentarla, ya sea por medio de herramientas como el hilo de oro que permite a Teseo regresar del laberinto del Minotauro luego de derrotarlo o por medio de dones dados por los dioses como es el caso de Aquiles y Heracles o por recompensa como en el Sigfrid bañado por la sangre del dragón. De esta manera el héroe refleja a un mortal que enfrenta una tragedia real, en el caso de Teseo es la opresión de los pueblos griegos por parte de Creta, y para lo cual se destaca de nosotros por tener herramientas o cualidades especiales que van más allá de la normalidad. Por otro lado, todo héroe tiene una búsqueda que se traduce en un viaje luego del cual este logra tener los medios para poder regresar y derrotar al mal inicial, reflejando de esta manera la lucha de muchos de nosotros por madurar y tratan de la travesía que es el lograr convertirse en adulto.

Más allá del reflejo personal en estos arquetipos, lo interesante es ver como cada vez que la sociedad (sea cual fuere) enfrenta una época critica estos surgen nuevamente en los relatos. La guerra de España contra los Moros tiene como protagonista a Rodrigo Díaz de Vivar el Cid quien se convierte en este héroe, la incipiente Inglaterra en su mayor época de crueldad y desorden tiene a Arthur Pendragon en su Camelot. Todas estas historias tienen como denominador el hecho de que en épocas adversas aparecen figuras de personas sobresalientes que tienen dones o armas especiales con las cuales logran enfrentar estas tragedias comunes puesto que la opresión de los nobles bárbaros no la sufre sólo Arturo, si no que con el toda Inglaterra. Todas estas historias se escribieron desde la antigüedad por medio de imágenes para todos aquellos que no sabían leer. Las historias de Aquiles, Heracles, Teseo o Ulises se encuentran en vasijas de arcilla; El Cantar del mio Cid, al igual que el los Poemas Arturicos y la trilogía de los nivelungos son los primeros escritos en lengua popular respectivamente y todos tratan acerca de héroes, su búsqueda y tragedia.

En la actualidad estas historias se cuentan en un nuevo formato que mezcla la imagen con la letra, de manera que surge el género de comics como heredero directo de los jeroglíficos egipcios o las vasijas griegas narrándonos las aventuras de estos olímpicos modernos. Nuevamente es interesante ver que la mayoría de ellos se enfrentó a villanos reales en sus respectivas épocas: El Fantasma que camina (The Panthom) se enfrentó a piratas y ladrones en las colonias africanas, Superman surge en 1928 donde se avistaba el inicio de un gran conflicto, Batman aparece en 1939 en plena recesión norteamericana enfrentándose originalmente a la mafia y corrupción en Nueva York (más tarde por razones obvias se cambiaría a Ciudad Gótica o Gotham City) o el Capitán America (Captain America) en 1940 enfrentándose a los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Originalmente, todos estos héroes (arquetipos en realidad, no puede omitirse el hecho de que Superman sea invulnerable pero tenga en sentido real y metafórico su talón de Aquiles en la kriptonita) olímpicos modernos eran admirados y vitoreados. Sus villanos eran el vivo ejemplo de lo despreciable de nuestra sociedad: asesinos, terroristas todos ellos deformes y carentes de belleza (lo que da para otra columna) y así se transformaron en nuestras mitologías modernas ejemplo de lo anterior, es que los delincuentes en su coa se refieren a “un” superman cuando alguien intentó detenerlos o defender a otro. Desgraciadamente, debido a las leyes que existieron luego de la Segunda Guerra Mundial, sus aventuras se volvieron cada vez más infantiles y de allí las creencias de muchos adultos (¿?) de que estas tiras cómicas eran sólo cuentos para niños.

Con el transcurso del tiempo, la era atómica trajo nuevas amenazas y el Capitán América (quien abría muerto deteniendo un misil a fines de la Segunda Guerra) es resucitado para liderar a los Vengadores; los Cuatro fantásticos luchan por salvar al mundo de la amenaza del malvado Doctor Doom (desde la bomba atómica, muchos de los villanos serán científicos, como también es el caso de Lex Luthor) gobernante de el país de Lavteria (muy parecido a la idea de una Cuba en Europa del Este) mientras tratan de ser una familia (problemática social desde la década del 50). Por otra parte las diferencias raciales en Estados Unidos, así como el temor a una guerra nuclear y a sus efectos en la población da origen a la historia de los X-Men hijos del átomo como fueron conocidos en sus primeras publicaciones. La historia de los Hombres X es muy importante por cuanto da un giro en la relación héroe-sociedad: el mundo teme a los seres con superpoderes o dones por cuanto son mutantes. A partir de ese entonces, los héroes no serán ídolos si no que serán además mártires, como dicen los mismos X-men salvan a un mundo que los teme y los odia por ser diferentes.

Luego de un gran receso y de cierres de casas editoriales dedicadas a los comics por baja en las ventas, a partir de 1990 luego de la Guerra del Golfo y en especial luego del 11-9 de Estados Unidos, la sensación de peligro e inseguridad, así como el temor frente al mundo cambiante ha dado lugar a una reaparición de estos olímpicos en las revistas y en un nuevo formato: el cine. De esta manera aparecen nuevamente los clásicos: Superman vuelve de su autoexilio en Superman Returns, Batman nos cuenta su búsqueda y travesía en Batmans Begins y luego su lucha contra la mafia rusa en The dark knigth, El joven y nerd Peter Parker escala las paredes mientras defiende a Nueva Yorck y trata de mantener una vida normal en Spiderman I, II y III; surgen nuevos: Neo resuelve el temor y las dudas que generó a comienzo del 2000 la explosión de Internet gobernando esta en Matrix para luego revelarse y liberar a la humanidad de la extinción a través de sacrificarse ante este dios cibernético. Punto a parte merecen X-Men I, II y III o Iron Man quien se enfrenta a la venta indiscriminada de armas en oriente medio por parte de empresas norteamericanas. Una época de peligros se ha traducido en una nueva época de héroes: los delincuentes temen a Batman, Punisher o Mirageman, los desastres geográficos son detenidos por Superman. Sin embargo, todos tienen un elemento nuevo: no son queridos.

Dijimos que los X-Men trajeron al mundo la temática de que los humanos con dones especiales eran temidos y odiados por tenerlos en lugar de admirados como en épocas de antaño. Esta temática se trasladó a los otros metahumanos luego de que fuera retratada en a primera novela gráfica Watchmen (pronto en cines) en la cual estos eran registrados y obligados a retirarse por ser vigilantes fuera de la ley. Esta misma idea se retrata luego en Kingdom Come o en The Dark Nigth Returns en la cual es aun más explicita al indicarnos que Batman fue forzado a retirarse mientras que Superman a trabajar para la CIA y Flecha Verde (Green Arrow) es encarcelado. Más tarde la encontraremos en la saga Guerra Civil de Marvel Comics donde los héroes o metahumanos son considerados peligrosos y forzados a revelar sus identidades, registrarse y trabajar para el gobierno, que a su vez mantiene superfortalezas en el cielo vigilantes de todo lo que ocurre encontrándose más allá de la visión y las leyes del hombre al ser un organismo supranacional S.H.I.E.L.D. De esta manera, en nuestra mitología moderna podemos ver en la actualidad que los héroes son rechazados, cazados, exterminados o exiliados precisamente por tener estas habilidades y dones por los humanos normales que los culpan de sus desgracias ¿de quien nos protegen estos vigilantes?: de ellos mismos como dice en Watchmen pareciera ser la consigna. Batman es responsable de la existencia del Joker, Lex Luthor lidera a la humanidad como presidente de los Estados Unidos y pretende protegernos del alienigena (Superman), frente a lo cual los olímpicos modernos deciden retirarse para luego volver a reñadientes a rescatar al mundo.

Que nuestra sociedad real y el mundo de los héroes esta relacionado es algo que no puede discutirse, durante siglos ha sido nuestra forma de guiarnos, superar nuestras debilidades y tener algo de esperanza. Sin embargo, hoy en lugar de admirarlos los perseguimos y nos vemos reflejados en esa sociedad que acusa a Spiderman de destruir la ciudad o en aquella que condena a los héroes a millonarias indemnizaciones por salvarnos cuando no queremos como lo retrata la película Los Imposibles de Disney. Y esta es la pregunta ¿por qué? ¿Qué cambió en nosotros que de vitorearlos los apedreamos? ¿Por qué odiamos a nuestros héroes?

lunes, 28 de enero de 2008

Renuncia a partidos políticos

En los diversos noticiarios se ha anunciado para marzo de este año las reformas al sistema político chileno. Cambios al sistema binominal de elección mayoritaria; la propuesta de inscripción automática al sistema electoral con voto voluntario; voto para los chilenos residentes en el extranjero; y, ahora último se suma la idea de restringir la libertad de los congresistas de renunciar a sus conglomerados políticos al establecer la sanción de que quien renuncie a su partido, perderá su escaño en el parlamento.

Sin duda que ello abre una gran pregunta. Muchas preguntas ¿los diputados y senadores son elegidos por pertenecer a un partido político? ¿Son elegidos por que las personas que votan por los candidatos sin importar al partido al cual pertenecen? ¿Cuál es el rol de los partidos políticos?.

Partiendo por la última de las preguntas, sin duda independiente de la definición legal, los partidos políticos son cuerpos intermedios que representan, no dirigen o crean, sólo representan los intereses de sus afiliados y suelen crecer o disminuir en su adherencia en la medida de que representen o no a la población. Por ello, con el transcurso del tiempo tenemos una historia de partidos que en su momento fueron gigantescos, cómo el Radical y que hoy en día son minorías. Por el contrario tenemos también partidos que sus orígenes fueron solo una facción de otro y hoy en día son grandes fuerzas políticas, como es el caso de la UDI. Lo anterior se explica por que nos encontramos en un sistema republicano de democracia directa, en el cual el poder se encuentra en los ciudadanos, no en los partidos políticos.

Hoy, nos encontramos con que cada vez más existe un fenómeno creciente de menos número de inscritos, lo que se ha traducido, erróneamente, por los analistas como que no existe interés en la política. Por el contrario, esos datos debemos contrastarlos con los que nos indican el crecimiento de grupos sociales con intereses políticos no tradicionales, vale decir, generaciones desencantadas de la forma de llevar la política por una cúpula que no se ha renovado en los últimos 30 años (tanto la parlamentaria como la extraparlamentaria) ha decidido tomar la acción por sus manos y demostrar aun más interés político que sus predecesores, pero en los problemas de hoy.

Ello, además del índice de baja popularidad de los partidos y los políticos, nos indica que los partidos políticos están perdiendo poder (si entendemos que este se mide en sus adherentes) y hoy tienen dos opciones para mantener su opción: cambian radicalmente renunciando a las estructuras tradicionales o, por el contrario, crean mecanismos sobre mecanismos para extender sus raíces en el poder, sin renunciar en ello aun en desmedro del propio país.

Desgraciadamente los hechos nos indican que han optado por este último camino. Tratando de socavar la autoridad presidencial han reformado la constitución para poder controlar la ejecutivo (las interpelaciones) y hoy en día en lugar de apoyar al Presidente condicionan ese apoyo a cambio de cuotas de poder. En lugar de votar conforme a las intenciones de sus representados, hoy obligan a los representados a apoyarlos aun cuando ello no les conviene (como el caso de transantiago, donde se pretendía obtener financiamiento, para financiar a los empresarios involucrados) y de esta manera, obtener nuevas cuotas de poder en este apoyo condicionado al Presidente.

¿A quien se deben los parlamentarios? ¿A los partidos o a las personas? Si habláramos en forma jurídica diríamos que los congresistas son “mandatarios” esto es, son quienes por medio de un voto reciben un mandato y el votante es el mandante. En forma política desde la revolución francesa la formula es la siguiente: “voto por usted, por que usted me representa y llevará mi voz al congreso”. De todas formas, como lo veamos, los senadores y diputados se deben a los ciudadanos que los eligieron no a los partidos ni a las personas que financiaron la campaña. Y a su vez, nosotros los que votamos tenemos la obligación de fiscalizar a nuestros congresistas y de hacer sentir nuestra voz.

Si llegaran a aprobar una normativa en la cual los congresistas perdieran su escaño al renunciar a los partidos, nos encontraríamos definitivamente en un sistema donde las cúpulas gobernarían por ellos y para ellos.

viernes, 26 de octubre de 2007

Acerca del Femicidio


Descripción del Problema

Cuando hablamos del femicidio hablamos de una figura penal, inexistente a primera vista, en nuestra legislación así como en la de muchos otros países, puesto que su denominación refiere no solamente al género del sujeto pasivo (mujer) si no que a una serie de circunstancias conexas a esta, como el vínculo sentimental que tiene con el “femicida” y las motivaciones pasionales de este entre otras. Esta figura “penal-televisiva” ha sido levantada últimamente como bandera de lucha de ciertos grupos sociales en busca de una suerte de reivindicación social, encontrándose dentro de un programa para superar los abusos que durante siglos ha sufrido la mujer, sobre todo en nuestra sociedad latinoámericana, caracterizada por un profundo machismo (supremacía del hombre por sobre la mujer en todo ámbito, haciéndola incapaz social y jurídicamente) en nuestra comunidad. Es entretenido observar como nuestro sistema social pretende dar solución a este fenómeno por medio de lo único que sabemos hacer: leyes. Nuestras autoridades creen que una ley que establezca penalidades elevadisismas puede evitar en la práctica que Pedro mate a Magdalena, su conviviente, “por que cree que lo engaña” y es más, creemos que por medio de una serie leyes destinadas a la llamada “discriminación positiva” podemos superar un problema social que parte cuando a nuestros niños se les regala una ametralladora o un avión y las niñas una escoba de barrer en miniatura para que “juegue a la dueña de casa”.

Lo absurdo de la solución planteada

Sobre estas medidas el comentario obligatorio se traduce en que establecer una figura penal exclusiva para “las mujeres que son asesinadas por sus parejas” es una suerte de aberración jurídica por las siguientes razones: contraría el principio penal de última ratio, comparte la misma tesis que haría aplicable la pena de muerte, importa una discriminación de género. El derecho penal como última ratio, dice relación a que deben tipificarse aquellas conductas que por la cantidad de veces que son cometidas son un atentado serio para la sociedad. No sostengo, como equivocadamente se podría desprender, que la muerte de una mujer no sea importante, todas las vidas humanas son relevantes por igual, pero la especialisíma figura del femicidio hace absurdo el gasto jurídico para crear una nueva figura y además, viola este principio de última ratio. Por otro lado, el pensar solamente que el carácter “ejempificador” o como en derecho decimos, de prevención general, justifica el elevar las penas es el equivalente a sostener que con pena de muerte los antisociales dejarían de delinquir. Razonamiento que como todos sabemos, si bien puede ser socialmente aceptado y hasta promovido, no resiste un gran análisis jurídico. Discriminación de género, en la medida de que se tipifique que “la muerte de una mujer” tiene una pena x y que la de “un hombre” tiene una pena x-2, lo anterior es absurdo. En cuanto a las leyes de discriminación positiva, esto es, aquellas destinadas a favorecer a un grupo de la sociedad que ha sufrido discriminación en forma habitual y así reivindicarlas, desgraciadamente en poco ayudan, puesto que muchas personas dirán: “está en ese puesto por que es mujer” como ocurre con las llamadas “leyes paritarias” lo que en definitiva ataca aun más al género que ayudarlo. Por otro lado, conforme a nuestra Carta Fundamental, estas “discriminaciones positivas” son inconstitucionales en la medida que establecen “una persona o grupo privilegiado” cosa, que esta prohibida por el artículo 19 número 2 y otras disposiciones que declaran la “igualdad entre hombres y mujeres”.

Hacia una salida.

Una justa salida a lo anterior es reconocer que en nuestro país si existe un grave maltrato hacia las personas físicamente más débiles en forma tradicional, si es en el colegio se llamara hoy “bulling” ya afecta precisamente a los más “chicos”, si es al interior de la familia se ejerce contra la mujer y los niños. No lo podemos negar, es un triste hecho y el problema es que se trata de una realidad social no jurídica. La “salida” para lo anterior pasa por medidas muy semejantes a las tomadas por el gobierno y los medios de comunicación pero, menos sensacionalistas. En lugar de establecer un tipo penal especial, tal vez sería más óptimo establecer una agravante genérica en relación a los vínculos de confianza y relaciones personales, como si un delito lo cometiere tanto un psicólogo con su paciente o el sacerdote confesor con sus fieles. O quizás en extender la figura del parricidio más allá del vinculo matrimonial y aceptar que hoy en día existen nuevas figuras de pareja al interior de nuestra sociedad. En cuanto a la discriminación “positiva” tal vez en lugar de dictar leyes que finalmente no tendrán aplicación práctica, podríamos partir por la educación de nuestros niños y la desestereotipación de los roles de estos a temprana edad, sin dejar de lado que no hay nada más lindo que ver un niño bien masculino y a una niña bien femenina…. hombres y mujeres somos iguales, pero también muy diferentes (gracias a Dios ;))